Conoce todo sobre la leyenda del Santo Custodio

Conoce todo sobre la leyenda del Santo Custodio

Ángel Custodio Pérez Aranda, más conocido por El Santo Custodio, era muy conocido por los habitantes de la zona por su don de sanar y ayudar a todo aquel que a él acudía.

Nació el 8 de septiembre de 1885, (día de La Natividad de la Virgen, y festividad de una devoción muy olvidada, La Divina Infantita) en La Hoya del Salobral, una pequeña pedanía a 24 Km. del municipio jiennense de Noalejo.

Hijo de labradores y de carácter tímido y reservado, se casó con Adoración Álvarez Rosales y del matrimonio nacieron 6 hijos (Adoración, Matías, Custodio, Luís, Angustias y Enrique). Hoy, su casa es centro de peregrinación, a la que acuden multitud de fieles para orar y pedir ayuda al santo.

De joven le gustaba visitar a Luís Aceituno, más conocido como Santo Luisico, un pastor de la zona que vivía en Cerezo Gordo, un cortijo a unos 10 Km de Frailes, y próximo también a su casa. Era costumbre entre los lugareños, besar la mano de Luisico en señal de respeto, pero con Custodio era Luisico quién se la besaba a él, dejando perplejas a las demás personas que acudían a su casa. Luisico únicamente afirmaba, “pronto se sabrá”.

Actualmente se considera a Luisico, el primer hombre de la Sierra Sur en recibir “La Gracia” de Dios, que pasaría posteriormente a Santo Custodio y de éste finalmente años después a Santo Manuel, natural de Los Chopos, una pedanía de Castillo de Locubín, formando entre los 3, una trilogía muy viva de milagros, relatos y devociones, entre todos los habitantes de la zona.

De Ángel Custodio se cree que recibió “La Gracia” de Nuestra Madre del Cielo, La Virgen María, cuando contaba con 25 años, el día de la Ascensión del Señor, siendo su misión desde entonces ser médico de Dios y aliviar a todo aquel, que a él acudiera. Ese mismo día, La Virgen le anunció un terrible suceso. Cuando Custodio regresó, se encontró su casa en llamas, muriendo su hija en el incendio. Un breve cuadernillo, escrito sobre la vida de Custodio describe con precisión el momento de la adquisición de la gracia, que para el santo o curandero equivale a la licenciatura que le permite ejercer su oficio con cualificación profesional. La transformación que se operó en él fue tal que para nadie pasó desapercibida: el hombre del que siempre se había hecho caso omiso empezó a ser mirado con cierto respeto por sus convecinos, que no dejaban de observarlo, atreviéndose a hacerle ciertas preguntas.

Un año después, en 1911 moría Santo Luisico. Desde entonces la fama de Custodio traspasó los límites de la comarca, acudiendo a su casa personas aquejadas de todo tipo de males, desde otras provincias e incluso de fuera de Andalucía.

A Santo Custodio le gustaba orar y tener momentos de recogimiento en una pequeña cueva, muy próxima a la ermita que actualmente existe en La Hoya del Salobral en honor a la Virgen de la Cabeza, donde según cuenta la leyenda descansó y pernoctó el pastor Juan Alonso de Rivas, en su camino hacia el Cerro del Cabezo, lugar en el que se le apareció en la noche del 11 al 12 de agosto de 1227 Nuestra Señora de la Cabeza.

Ángel Custodio sanaba imponiendo las manos sobre la zona afectada, también mediante soplidos y usando papel de fumar a modo de píldora que después el enfermo tomaba con agua de la fuente que él bendijo (este método también era utilizado por Santo Luisico).

Santo Custodio Murió el 15 de agosto de 1961, la noticia corrió rápidamente de pueblo en pueblo y a su entierro asistieron multitud de personas que llevaron a hombros el ataúd desde su casa en La Hoya del Salobral hasta la localidad de Noalejo, recorriendo a pie los 24 Km de camino, donde por expreso deseo de Custodio, habría de ser enterrado, pues los vecinos de esta localidad no creían mucho en él y precisamente por esta causa quería descansar allí.

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